miércoles, 15 de abril de 2015

GRANDE JORDAN SPIETH

La gracieta como tapadera de la ignorancia


Jordan Spieth se ha consagrado en el Masters como uno de los ingredientes fundamentales para cocinar el golf como gran espectáculo. Joven, sobrio, frío, calculador, magnífico pateador, etc. etc. son calificativos que se han vertido incansablemente estos últimos días sobre la figura del jugador estadounidense, aunque no cuadren habitualmente en un ser humano de tan solo veintiún años. Confieso que fue un disfrute hasta el final poder presenciar su actuación durante las cuatro jornadas del primero de los grandes. 
A priori el principal foco de atención era la figura de Tiger Woods, siempre noticia y aunque cumplió las expectativas tras su ausencia de los torneos, pronto su resplandor palideció ante el nuevo personaje que parece ha llegado para quedarse. Frente a los gestos negativos de Tiger, Spieth nunca descompuso el plano hubiera hecho un birdie o un bogie, muy en la línea de los grandísimos jugadores que son un ejemplo a seguir por los niños, como por ejemplo Mickelson, Els, David Love III, entre otros. Una actuación de la que muy pocos medios se hicieron eco y alguno de los difundieron lo noticia mejor hubiera sido no hacerlo.
Confieso uno de mis vicios: para dormir necesito que alguien me cuente algo a través de la radio. Una vez finalizado el Masters mecánicamente hice un paseo por las diferentes opciones del dial. Mira por donde pincho una emisora que iniciaba, dentro de un programa deportivo, información acerca del espectáculo que acaba de ver en la tele. 
- El jugador estadounidense Jordan Spieth se ha adjudicado brillantemente el Masters de Augusta.
Pensé que se ampliaría ese titular, pero se quedó ahí. Otro sapientísimo tertuliano añadió:
- Ese juego en el que la bola te espera.
Confieso que me quedé patidifuso y a punto estuve de saltar de la cama. Pero no quedó ahí la perplejidad. Porque un segundo apostilló:
- Es la demostración de lo difícil que es meterla.
Toma ya. Y se quedaron tan anchos. Eso fue todo. Ya no hubo ningún comentario más.
Toda esta banda de opinadores futboleros, que desconocen otro deporte que no sea el que sigue la mayoría, cuando han de opinar de otra modalidad, recurren a estas gracietas para intentar salvar su ignorancia. Sucede lo mismo cuando en las diferentes cadenas de televisión solamente aparecen en su pantallas deportes en los que haya habido algún desastre, como por ejemplo  en disciplinas como el automovilismo o el motociclismo.
Que pena. Deportes minoritarios, y otros no tanto, que son masacrados por supuestos profesionales que son incapaces de aumentar sus conocimientos.
Ah, se me olvidaba, estos sesudos comentarios los escuché en la Cope el pasado domingo pasada la una de la madrugada. 

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