domingo, 17 de mayo de 2015

HONDA EN LA ENCRUCIJADA

En el año 2003 se produjo el último título de Valentino Rossi con Honda, y curiosamente en ese periodo tuvo lugar el divorcio del piloto italiano y la marca de las alas. Algo que no era comprensible a priori. Lo normal que que después de los éxitos, tanto en el campeonato de pilotos y de marcas, hubiera consenso a la hora de firmar la continuidad. Pero no, todo se rompió y partieron las peras. Según dijeron las lenguas de doble filo, los dirigentes de HRC pregonaron a los cuatro vientos que el piloto italiano vencía porque sus motos eran muy superiores a las demás. Sin embargo en la otra orilla los pensamientos eran bien diferentes como es lógico imaginar. El resultado fue que Valentino fichó por Yamaha y al año siguiente, en 2004, Rossi volvía a ser campeón del mundo, pero esta vez con la marca de los diapasones. Honda era una magnífica moto, pero él también.
A que viene esta historia en el año 2015? Pues viene a colación porque las marcas han de claudicar cuando tienen que hacerlo. Al término de la temporada anterior, y justo al día siguiente, se llevaron a cabo pruebas en el Circuito Ricardo Tormo de Valencia. Se probaron motores nuevos con un incremento de la potencia notable respecto a los anteriores. Los pilotos dieron por bienvenidas  estas mejoras, pero también apuntaron que la estabilidad era menor. 
Comienza la presente temporada y Márquez, que casi siempre va por las paredes con un gran control, esta vez las cruzadas y los hundimientos de la rueda delantera han estado más presentes que otra situación anterior. Lo hemos podido observar en las cinco carreras que se han disputado, pero nunca tan claro como en la ronda francesa. Cualquier otro piloto con la moto de Marc hubiera estado en el suelo desde los primeros compases de carrera. Pronto perdió el contacto con los pilotos de cabeza y tuvo que jugársela para poder entrar cuarto a mas de diecinueve segundos de Lorenzo que fué el brillante vencedor. Esta vez su enemigo íntimo fué Ianone. Pero más que el piloto, su Ducati,  tuvo un resultado extraordinario derrotando a la Honda en punta, en aceleración y en tracción. Márquez hacía lo que podía jugándosela en cada viraje. Al final se impuso el talento a las inferiores condiciones de su moto.
Pero no fue el único, ya que Dani Pedrosa, que reaparecía en Le Mans, incidió en los mismos defectos que argumento Marc en declaraciones a los periodistas.
Los motores son los que son y no pueden reemplazarlos, pero HRC no tiene más remedio que volver a hacer de su moto un instrumento válido para ganar. A los fabricantes les interesa su campeonato de marcas y a estas alturas están bastante atrás por debajo de Yamaha y Ducati. 
Aún no se ha disputado el primer tercio del campeonato y Honda tiene que poner a trabajar a la legión de ingenieros, técnicos y probadores para volver a dotar de una moto competitiva a Márquez y Pedrosa e intentar ganar los dos campeonatos, el de pilotos y el de marcas. En las actuales circunstancias dudo mucho que ese hecho se vuelva a producir por mucho talento que derroche el actual campeón del mundo.

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