lunes, 19 de octubre de 2015

UN MISIL LLAMADO DUCATI


Me imagino que todos, o casi todos, visteis las carreras de Australia a través de las diferentes fórmulas de televisión. Si acaso no fue así, no sabes lo que te perdiste. La carrera de motogp que se disputó en Phillip Island fue uno de los espectáculos motociclistas mas fascinante de los últimos tiempos. Sobre todo la última vuelta, cuyo protagonista fue el de casi siempre: Marc Márquez. 
La película de carrera tuvo cuatro estrellas que nos dejaron boquiabiertos. Jorge Lorenzo, Valentino Rossi, Marc Márquez y Andrea Iannone. Ellos interpretaron su mejor actuación de la temporada en la pequeña isla al sur de Melbourne. Se pasaron y repasaron con una limpieza extraordinaria. El único toque directo lo protagonizó una pobre gaviota, de las muchas que hay en la zona, al colisionar con la moto de Iannone, hasta el punto que le hizo un agujero en el carenado. No quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido de impactar en algún punto del cuerpo del piloto, ya que un pajarito de estos pesa, por lo menos, dos kilos. 
Motociclismo de gran nivel en un circuito muy complicado por su situación y por los cambios de temperatura que hay en los diferentes puntos del trazado. No es lo mismo estar casi tocando las aguas del Mar de Tasmania, que estar en la curva que da paso a la recta de meta. Además en esta época del año, primavera en la zona más húmeda Australia, suele llover bastante, aunque en esta ocasión la lluvia se tomó el día libre. Menos mal, porque de haber habido agua en la pista hubiera sido el colmo.
Valentino llegaba a Phillip Island con dieciocho puntos de margen sobre Jorge, una diferencia, que habiendo setenta y cinco en juego, no es demasiado importante. Los dos pilotos de Yamaha se vigilan ahora mucho más que durante todo el año. Para ellos los demás son figurantes en esta gran producción, pero que en determinadas escenas van a cobrar una relevancia fundamental para el desarrollo de la superproducción, tal como vimos el pasado domingo. 
A los pilotos de Honda solo les vale ganar y a los de Ducati lo que les dejen, algún cajón que otro. Pero todos ellos pueden ser jueces en la lucha por el título. Ayer en Australia dejaron bien patente que tienen mucho que decir en ese juicio que verá su última vista en el Ricardo Tormo de Cheste. Marc se impuso a Jorge y Andrea a Valentino. Ni uno ni otro practicó el paisanaje al no facilitar las cosas a su compatriota. Al final y a la postre, Márquez le restó puntos a Lorenzo y Iannone a Rossi. En esta lucha  el beneficiado fue Jorge que le arrebato siete a su compañero de box. Ahora son once y cincuenta en juego. Nos esperan dos carreras para verlas con el cinturón de seguridad bien apretado en el sofá delante de la tele.
Pero volvamos a Phillip Island. Ducati dejó bien patente que su velocidad punta es infinitamente superior a las otras marcas. Repetidamente la moto de Iannone, sin aspiraciones, pasaba al resto como si fueran parados, para desesperación de sus rivales. Sobre el papel la más lenta fue la de Rossi, de ahí su frustración. Al italiano de Ducati no le importaba perder un lugar en otro punto consciente de su superioridad en la recta de meta, aunque hay que destacar en su beneficio que de una tacada pasó a Marc y a Valentino en la misma pasada. 
Y qué decir de la última vuelta de Márquez. Hacia mucho tiempo que no veía una cosa igual, y me imagino que a vosotros os ocurrió algo parecido. Cuando ya se cantaba la victoria de Lorenzo, y a falta de muy pocos metros, Marc hizo magia. Se sacó de su chistera un tiempo imposible y en pocos metros pasó de tercero a primero ante el asombro de propios y extraños y al propio Lorenzo que ya casi estaba levantando la mano para festejar la victoria, le robó la cartera en el último viraje. Vaya tela de vuelta. Increible. Jorge vio con desesperación que la victoria se esfumaba, y lo peor, cinco puntos menos que le quitaba a Rossi.
Lorenzo, aunque algo frustrado, no escondía su alegría por esa resta de puntos y declaraba que había pilotado con mucha prudencia ya que no quería caerse por nada del mundo. Y digo yo: cuando se está en situaciones límite ¿no hay que arriesgar para conseguir la meta soñada? Creo que, a pesar de esa vuelta de otro mundo de Marc, Jorge pudo haber hecho algo más,  ya que su ventaja era importante y estábamos en las postrimerías del último giro y había que darlo todo y más.
Análisis al margen, lo cierto es que el madrugón, o acostarse más tarde, mereció la pena por el tremendo espectáculo que nos ofrecieron estos cuatro grandísimos pilotos. Por cierto, ¿y Pedrosa donde estaba? Es posible que le afectara la humedad tremenda de Phillip Island y no pudiera completar un trío de actuaciones memorables, despues de la épica de Alcañiz y Motegi. En fin, siempre nos quedarán Malasia y Valencia.
Otro que no brilló fue Andrea Dovizioso, compañero de Iannone que terminó décimotercero. También está claro que el otro Andrea, Iannone, ha dejado marginado, por el momento a su colega que cabalga sobre la misma moto.
La próxima cita sera la pista de Sepang en Malasia, un circuito de los más anchos del mundial pero que tiene el inconveniente que llueve casi todos los días por la tarde. Sería bueno que el agua esperara hasta las tres de la tarde hora local, para poder presenciar un espectáculo motociclista como el que vimos en Australia. No me extraña que las entradas para Cheste estés agotadas. ¿Quien querrá perderse el desenlace si llegan al Ricardo Tormo casi empatados y un español, Jorge Lorenzo, puede proclamarse Campeón del Mundo? Mientras tanto paladeemos el exquisito manjar que nos ofrecieron ayer en Phillip Island


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